lunes, 31 de agosto de 2009

COMER BIEN EN CANTABRIA (TEXTO REVISADO)

Cantabria es, sin lugar a dudas, uno de los mejores destinos para descansar una temporada y descubrir la excelencia de la cocina española.

Hoy voy a recomendarle los mejores destinos gastronómicos de la región. Sirva esta entrada también como ruego a los restaurantes para que incluyan en su menú más platos aptos para celíacos y vegetarianos.

Antes, un mapa de Cantabria para ubicar los destinos.

Para quien quiera saber algo más... Lo que se conoce como "la España verde" podría limitarse a la cornisa cantábrica, una franja montañosa de escasos ciento cincuenta kilómetros desde la costa hacia el interior y poco más de setecientos kilómetros desde Irún (frontera con Francia) hasta el extremo occidental de Galicia. Un tren, el Transcantábrico, ofrece una ruta de lujo en vagones de época equipados con el mayor confort. El pasajero recorrerá parajes de ensueño durante ocho días inolvidables que bien habrán merecido el inconveniente de pagar el elevado precio de los billetes.

Hotel del Oso (Cosgaya)

Cosgaya es un pueblo del corazón de la Liébana, a medio camino de Potes y Fuente De. Muy cerca se encuentra el Monasterio de Santo Toribio de Liébana, célebre por conservar el mayor lignum crucis del mundo y por haber sido el lugar donde se escribió el Comentario al Apocalipsis, obra del monje Beato en el año 776.

El Hotel del Oso goza del merecida fama. Tal vez sea prudente hacer la reserva con días o, mejor aún, con semanas de antelación. La especialidad del restaurante es el cocido montañés, plato por excelencia en Cantabria. Consiste en una bandeja generosa de garbanzos con verdura y carne. Cualquier plato en El Oso es abundante y de él pueden comer dos personas hasta saciarse. La carne y el pescado son excepcionales, destacando el chuletón. La menestra de verduras es muy suave. Otra elección acertada son los espárragos dos salsas. Si uno prefiere el pescado de segundo plato, la merluza a la romana es la mejor opción. Los mejores postres son la tarta de manzana natural y el arroz con leche. Merece la pena desplazarse hasta Cosgaya para comer en este mesón.

El balneario Gran Hotel Puente Viesgo (Puente Viesgo)

Puente Viesgo es un pequeño pueblo enclavado en el centro de Cantabria. Este hecho geográfico hace que su balneario resulte una opción a tener en cuenta. El hotel pertenece a la cadena RHIN, lo que es sinónimo de calidad. En su página web descubriremos varias ofertas y promociones, como la de fin de semana con desayuno y media pensión a un precio muy asequible.

Vistas desde una de las terrazas del hotel:

Conozco tres balnearios más en Cantabria: el de Solares, Liérganes y Liébana. El primero acaba de construirse. Es un edificio blanco, enorme, situado en el centro de la localidad, construido con los mejores materiales al que sólo le falta echar a andar para ganarse una merecida reputación. El de Liérganes es, sin duda, el más antiguo de todos. Su edificio recuerda a los balnearios de centroeuropa. Pasear por sus jardines despierta en nosotros la memoria de un tiempo remoto, quizás aquél que lamentaba haber perdido un nostálgico Stefan Zweig. Al último sólo se puede acceder en coche y está apartado de la civilización; no obstante, el huésped no extrañará ninguna comodidad actual en sus instalaciones. Yo prefiero el de Puente Viesgo: su restaurante, llamado El Jardín, permite una extraordinaria flexibilidad en el menú de media pensión y se acomoda a las necesidades y deseos de sus huéspedes. Durante años fue el lugar de concentración de diferentes selecciones nacionales de fútbol y baloncesto.

Si en Liérganes acude gente de más edad, en Puente Viesgo suelen hospedarse parejas jóvenes y matrimonios con hijos pequeños. No olvidemos que los cuidados de un spa son cada vez más apreciados y la edad ya no resulta una barrera. Sus instalaciones termales, por otra parte, están a la última e incluyen masajes específicos.

Casa Enrique (Solares)

Solares es célebre por haber dado a España el agua mineral cántabra por excelencia. Dice el eslogan "¡Sólo sabe a agua!". Si el turista desea comer el mejor carico montañés del mundo, su lugar es Casa Enrique. Asegura el dueño que no se hace con carne, así que es apto para vegetarianos. Muy apreciado es el pisto y cualquier plato de cuchara, su bacalao con tomate natural puede considerarse el mejor de Cantabria y sus postres caseros, en especial el arroz con leche (que suele ofrecerse fuera de la carta), rematan un almuerzo de altura. Cocina casera, de receta familiar, sabores naturales, ambiente relajado y trato amistoso. De lo mejor de Cantabria.

Casa Enrique cuenta, además, con varias habitaciones en la primera planta del edificio. Si el lector desea conocer precios, disponibilidad de camas, etc., sólo tiene que consultar su página web.

Mesón Marinero (Castro Urdiales)

Hace unos días, la Asociación Gastronómica de Cantabria distinguió a los responsables del Mesón Marinero con el premio al mejor restaurante cántabro de 2009. Es un galardón justo que honra a sus responsables. La carta es una de las más extensas que conozco. En ella prima el producto fresco de la región, que siempre es de primera calidad, destacando el pescado del Cantábrico. El servicio es atento y amable con los clientes. He ido muchas veces al Mesón Marinero y siempre salí satisfecho.

En este restaurante se puede tener la tranquilidad de pedir cualquier cosa: todo sabe bien. Yo recomendaría la menestra de ternera, el panaché de verduras, los mariscos, los platos de arroz y, claro, el pescado de allí: atún del norte, merluza, etc. Los postres también son una delicia, especialmente la tarta de hojaldre con crema y nata o los profiteroles con chocolate. La web del restaurante recomienda la marmita de langosta [ver foto abajo], las cigalas a la sartén, la merluza con almejas y cocochas, y los jibiones en su tinta. Muy sabrosas son también las almejas en salsa verde, las gambas frescas al ajillo, las rabas (en el norte de España, los calamares a la romana se llaman rabas) y, por supuesto, el pisto a la vizcaína.

Muy común en tierras próximas al País Vasco y, por descontado, en las Vascongadas, es llevar el mesón a los soportales, donde se instalan mesas de madera con borriquetas. El bullicio anima los paseos porticados y no es infrecuente escuchar la voz recia y bien templada de los hombres interpretando alguna canción tradicional. Muy animadas son las fechas de competición de traineras. Para el cliente que busca un ambiente informal, el Mesón Marinero cuenta con una estupenda barra repleta de tapas, que allí llaman pinchos.

Más de cuarenta años trabajando la cocina de calidad, respetando la tradición e incorporando a la mesa el mejor género que nos da la naturaleza: ésa es la herencia del Mesón Marinero. Brindo por el medio siglo que pronto alcanzará y por otros saludables cincuenta años más de excelente dedicación y servicio.

Si el lector desea, a continuación, tomar un café en otro local, le sugiero la cafetería del Hotel Las Rocas. Me he hospedado allí en dos ocasiones y sólo puedo añadir que mi estancia resultó muy grata. Hotel recomendado.

Ciudad de Santander

Santander es la capital de Cantabria. Aunque yo creo que se come mejor en los pueblos, la ciudad vive en buena parte del turismo que recibe, especialmente de Madrid y del Reino Unido (todas las semanas llega al puerto un Ferry de la costa sur de Inglaterra lleno de turistas). Está, por lo tanto, obligada a ofrecer un servicio gastronómico de calidad. Y cumple con creces.

Vinculado a su hotel, podemos destacar el restaurante del Rhin. Su cafetería ofrece platos combinados. Debo destacar las tartas. También hay que recomendar el restaurante del Hotel Bahía (perteneciente al Grupo Sardinero), quizá más pensado para grandes celebraciones.

En Zacarías hay buenas legumbres, aunque el plato le va en zaga a su fama. No obstante, se dejan comer y el cliente no quedará defraudado. De ambiente andaluz (o a mí me lo parece), su patio interior es alegre y luminoso. Buenos quesos.

Merece la pena destacar dos restaurantes: La Bombi, una institución santanderina a escasos metros de Puerto Chico, y La Posada del Mar, recientemente reubicado en la Calle de Castelar, número 19. El cambio, en mi opinión, le ha quitado toda la gracia al acogedor ambiente del viejo mesón marinero. Situado en una zona privilegiada, la nueva decoración recuerda más a un restaurante moderno de Madrid o Berlín que al anterior comedor. Excelente el arroz con leche y cualquier pescado.

Santander cuenta, además, con un par de buenas cafeterías donde encontraremos un menú diario, buenos platos combinados y deliciosos dulces. Desapareció La Austriaca, sin duda la mejor cafetería de Santander. Aún quedan El Suizo o Pombo (merece la pena la visita sólo por su ubicación), las excelentes heladerías Regma o, por citar algún establecimiento tradicional más, la red de Confiterías Gómez. Cabe destacar, por último, las cafeterías próximas al Casino y la zona de pinchos en Cañadío.

P.S.- En el caso de no ser mías, he pedido permiso a los responsables de cada restaurante para publicar las fotos que aparecen en esta entrada. Agradezco a todos su amabilidad y colaboración.